acné severo

Alteraciones estéticas secundarias a patologías infecciosas y/o inmunológicas

El origen de las enfermedades cutáneas de la cara puede ser muy diverso. Algunas están causadas por infecciones, y otras son consecuencia de factores genéticos combinados con factores ambientales. Algunas son consecuencia de infecciones fúngicas o víricas, mientras que en otras intervienen factores ambientales y genéticos o incluso pueden estar causadas por problemas inmunológicos. Las enfermedades autoinmunes son aquellas ocasionadas por el propio sistema inmunitario. En estos casos, el sistema confunde los tejidos, órganos o células sanas con agentes externos. Al considerarlos ajenos al propio organismo, el sistema inmunitario actúa igual que lo hace con una bacteria o virus y los ataca. Se produce, por tanto, una respuesta exagerada del sistema inmunitario que implica un cambio en su función, en lugar de proteger al organismo, se convierte en agresor. La piel constituye un importante órgano diana de las enfermedades autoinmunes. Las enfermedades autoinmunes pueden ser sistémicas, como es el caso del lupus, o afectar a un órgano en concreto como, por ejemplo, la psoriasis, una de las más habituales de la piel.

Las infecciones de la piel son, generalmente, leves, muy frecuentes y con buen pronóstico. Sus síntomas más habituales son el enrojecimiento y la hinchazón, a veces con picor en la piel y dolor. Si la piel está sana y adecuadamente cuidada, cumple de forma correcta la función de barrera protectora, pero cuando existe algún desequilibrio, o nos hacemos alguna herida, se facilita el acceso de los microorganismos al interior, produciéndose así la infección.

Acné común en varón joven, antes y después del tratamiento

Acné común perioral

Herpes simple en comisura bucal

Psoriasis centrofacial